martes, 10 de agosto de 2021

Curiosidades de San Martín

Hola familias, chicas y chicos!

Hoy queremos compartir con ustedes un aspecto desconocido en la vida del Padre de la Patria. ¿Se animan  a descubrir en esta información sus gustos, el amor por la música y por el ajedrez entre otros? Sólo tienen que disfrutar de esta lectura. 

No se lo pierdan!!

Leer para conocer. Conocer para saber!!

San Martín jugador de ajedrez



El Libertador fue un eximio jugador de ajedrez. Así lo narró el general Jerónimo Espejo, partícipe del cruce de los Andes: "El ajedrez, ese juego generalmente reputado de carácter militar, que según se sabe era recomendado y aun prescrito por Napoleón el Grande, San Martín lo desempeñaba bien aventajadamente como lo veíamos cuando la formación del Ejército en Mendoza. Era muy entendido, además, en "El Centinela" y "La campaña", juegos rigurosamente guerreros que estuvieron en gran boga en Europa desde el primer decenio del presente siglo, y muy semejantes en su mecanismo a La Batalla, que don Carlos de Pravia describe en su "Manual de Juegos", dado a luz en París, en 1869. Probablemente aprendió a jugar en el Seminario de nobles de Madrid, o entre sus camaradas en las primeras campañas; pero tampoco sería aventurado creer, que, algunas ocasiones, los ejercitara en la misma Europa, con los encopetados militares que lo distinguieron con su predilección y su confianza. Estos juegos eran su entretenimiento favorito, el ajedrez en especial, con los señores O'Higgins, Arcos, Álvarez Condarco, Necochea y otros jefes, así que terminaban las academias generales."

Fuente:  Instituto Nacional Sanmartiniano 

San Martín y la música

San Martín tuvo también formación musical. Prefirió la "plebeya" guitarra, cuyos rudimentos pudo aprender en los campamentos militares, pero su técnica la perfeccionó nada menos que con el compositor e intérprete Fernando Sor que vivió entre 1778 y 1839. Su obra "Estudios", es la base de la formación de todo guitarrista aún en la actualidad y cuyos méritos le valieron el apodo de "Beethoven de la guitarra".

Fernando Sor
Cabe destacar que éstos compositores de importancia, en general no aceptaban a cualquier alumno, por lo cual, las dotes musicales del Libertador deben haber sido notables.
San Martín cultivó y gustó de su arte. El coronel Félix de Olazábal cuenta en sus memorias que "después de elaborar un plan de combate, trazando mapas y otros elementos necesarios, pedía la guitarra a su asistente y así tonificaba su espíritu en la intimidad de su alma.

Las bandas que acompañaron al general San Martín

El Ejército de los Andes contó con dos bandas más o menos completas, en los batallones nº 8 y 11 de los Andes.
El músico chileno José Zapiola cuenta que en 1817 entró en Santiago el Ejército que a las órdenes de San Martín había triunfado en Chacabuco. Traía dos bandas regularmente organizadas, sobresaliendo la del batallón Nº 8, compuesta en su totalidad de negros africanos y criollos argentinos "Estas bandas eran superiores a la única que tenían los realistas en el batallón Chiloé, que era detestable"

La banda de los negros

En 1810, un rico hacendado de Mendoza, don Rafael Vargas, había adquirido en Buenos Aires 16 esclavos y los envió a estudiar música.
Provistos de uniformes e instrumentos, animaban las fiestas y reuniones privadas de su amo, así como algunas festividades públicas. 
Rafael vargas donó al ejército de los Andes la banda completa, con vestuarios e instrumentos. Los esclavos incorporados ganaban su libertad.


 


Las bandas del Ejército de los Andes

Las bandas acompañaron al Ejército en el paso de los Andes y desde la cuesta del Valle Hermoso, a la vista del territorio chileno, fueron las ejecutantes de nuestro Himno Nacional, que resonó en Chile como anuncio de su libertad.


El 22 de julio de 1817, San Martín y O'Higgins fundaron en Santiago una Academia de Música, dirigida por el teniente Antonio Martínez, que contó en un principio con 50 alumnos, provista con instrumentos traidos de Londres y Estados Unidos.

El repertorio de las bandas del Ejército de los Andes incluía danzas populares como la Sajuriana, el Cielito y el Cuando y también valses.




Fuente:
http://www.mdzol.com/opinion/487764-la-musica-en-la-historia-de-don-jose-de-san-martin/


San Martín carpintero y jardinero.

Era muy buen carpintero y ebanista. Esto lo practicó durante su exilio. Fabricaba mueblecitos para las muñecas de sus nietas a quienes dejaba llamarlo "el cosaco" por un gorro que usaba cuando trabajaba.
También practicó jardinería y horticultura en su casa de Grand Bourg, muy cerca de París, por entonces una zona casi campestre. Allí se dedicaba junto a sus nietas al cultivo de flores, plantas y hortalizas que abastecían a la familia. Estaba muy atento a la llegada de la primavera luego de los hostiles inviernos parisinos, temiendo por la suerte de sus cultivos.
Fuente “La voz del Gran Jefe”,Felipe Pigna 


El San Martín que no conocemos.
Adrián Santos

Su comida preferida era el asado, que casi siempre comía con un sólo cubierto: el cuchillo. Era muy hábil en comer así. Solía morder un pedazo de carne, y como los paisanos, cortaba el sobrante con un cuchillo afilado. ¡Había quienes se maravillaban que no se cortara la nariz!
No le gustaba el mate. Pero era un apasionado del café. Y como era muy "pillo", conocedor íntimo del alma del soldado, para no "desairar" a sus muchachos, tomaba café con mate y bombilla.
Conocía mucho de vinos. Y podía reconocer su origen con sólo saborearlo.
Era un empedernido fumador de tabaco negro, que el mismo picaba, para luego prepararse sus cigarros.
Era muy buen jugador de ajedrez, y realmente era muy difícil ganarle.
Se remendaba su propia ropa. Era habitual verlo sentado con aguja e hilo, cosiendo sus botones flojos o remendando un desgarro de su capote, el cual, abundaba de ellos.
Usaba sus botas hasta casi dejarlas inservibles. Más de un vez las mandaba a algún zapatero remendón, para que les hagan taco y suela nuevos.
Predicaba con el ejemplo. El mismo enseñaba el manejo de cada una de las armas, como lo atestiguan las melladuras del filo de su Corvo, inigualable instrumento de enseñanza de la esgrima. Y jamás, daba una orden a sus subordinados, que él mismo no pudiera cumplir.
Su palabra era santa, y para sus hombres era ley.
Era muy buen pintor de marinas. Él mismo decía que si no se hubiera dedicado a la milicia, bien podría haberse ganado la vida pintando cuadros.
Era muy buen guitarrista, habiendo estudiado en España con uno de los mejores maestros de su época.
Hablaba inglés, francés, italiano, y obviamente español, con un pronunciado acento andaluz.
Tenía la costumbre de aparecerse por el rancho, y pedirle al cocinero que le diera de probar la comida que luego comería la tropa. Quería saber si era buena la comida de sus muchachos. Y allí mismo, en la cocina, la comía de parado.
Luego de comer, dormía una siesta corta, de no más de una hora, para luego levantarse y volver al trabajo.
Aquella famosa frase Sanmartiniana que dice: "De lo que mis Granaderos son capaces, sólo lo sé yo. Quién los iguale habrá, quién los exceda, no", originalmente era "De lo que mis muchachos son capaces...".En campaña era el último en acostarse, después de cerciorarse que todos los puestos de guardia estuviesen cubiertos, y el resto de la tropa descansando. Y para cuando empezaba a clarear el sol en el horizonte, hacía rato que el General contemplaba el alba.

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