viernes, 24 de julio de 2009

LEEMOS E IMAGINAMOS: FÁBULAS








El Ratón de la ciudad y el de campo

Un ratón de la ciudad invitó a merendar a otro compañero que habitaba en el campo, y hallándose juntos en la bien provista despensa de un palacio, dijo el ratón de casa al campesino:
- Amigo mío, come lo que gustes y sin cuidado, que las provisiones son variadas y abundantes.
Ya habían comenzado a saborear las mejores viandas, cuando de repente y con gran estrépito, el cocinero abrió la despensa. Los ratones, asustados, escaparon cada uno por su lado, y como el de casa conocía todos los rincones se puso enseguida a salvo, mientras el forastero no acertó a encontrar escondite alguno.
Al marcharse el cocinero, salieron de nuevo los comensales, y el campesino, tomando la palabra, preguntó al ciudadano:
- ¿Es aquí frecuente el peligro?...
- Sí, contestó el otro, esto sucede muy a menudo, y por lo mismo no debes tener cuidado.
- ¡Ala! - repuso el campesino -.
¡Con que esto acontece todos los días! Es cierto que vives en la opulencia, pero con todo, prefiero mi pobreza del campo a la zozobra en que habitas.

Bien está Pedro en Roma,aunque no coma.
Fin




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La Gallina de los huevos de Oro




Erase una Gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día.
Aun con tanta ganancia, malcontento quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matóla; abrióle el vientre de contado; pero después de haberla registrado, ¿qué sucedió?
Que. Muerta la Gallina, perdió su huevo de oro, y no halló mina.


¡Cuántos hay que, teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectosa veces de tan rápidos efectos,
que sólo en pocos meses,c
uando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones
se vieron en la calle sin calzones!
Fin

FUENTE: TERRA

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EL LOBO Y EL PERRO







En busca de alimento
iba un Lobo muy flaco y muy hambriento.
Encontró con un Perro tan relleno,
tan lucio, sano y bueno,
que le dijo:-Yo extrañoque estés de tan buen año
como se deja ver por tu semblante,
cuando a mí, más pujante,
más osado y sagaz, mi triste suerte
me tiene hecho retrato de la muerte.
El Perro respondió:
-Sin duda alguna
lograrás, si tú quieres, mi fortuna.
Deja el bosque y el prado;
retírate al poblado;
servirás de portero
a un rico caballero,
sin otro afán ni más ocupaciones
que defender la casa de ladrones.
-Acepto desde luego tu partido,
que para mucho más estoy curtido.
Así me libraré de la fatiga,
a que el hambre me obliga
de andar por montes sendereando peñas,
trepando riscos y rompiendo breñas
sufriendo de los tiempos los rigores,
lluvias, nieves, escarchas y calores.
A paso diligente
marchando juntos amigablemente,
varios puntos tratando en confianza,
pertenecientes a llenar la panza.
En esto el Lobo, por algún recelo,
que comenzó a turbarle su consuelo,
mirando al Perro, dijo:
-He reparado
que tienes el pescuezo algo pelado.
-Dime: ¿Qué es eso?
-Nada.
-Dímelo, por tu vida, camarada.
-No es más que la señal de la cadena;
pero no me da pena,
pues aunque inquieto
a ella estoy sujeto
me sueltan cuando comen mis señores,
recíbanme a sus pies con mil amores:
ya me tiran el pan, ya la tajada,
y todo aquello que les desagrada;
éste lo mal asado,
aquel un hueso poco descarnado;
y aun un glotón, que todo se lo traga,
a lo menos me halaga,
pasándome la mano por el lomo;
yo meneo la cola, callo y como.
-Todo eso es bueno, yo te lo confieso;
pero por fin y postre tú estás preso:
jamás sales de casa,
ni puedes ver lo que en el pueblo pasa.
-Es así.-Pues, amigo,
la amada libertad que yo consigo
no he de trocarla de manera alguna
por tu abundante y próspera fortuna.
Marcha, marcha a vivir encarcelado;
no serás envidiado
de quien pasea el campo libremente,
aunque tú comas tan glotonamente
pan, tajadas, y huesos; porque al cabo,
no hay bocado en sazón para un esclavo.

de Felix María SAMAMIEGO

FUENTE: LEEME UN CUENTO

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