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lunes, 18 de agosto de 2014

Trapalanda. Biblioteca digital de la Biblioteca Nacional Argentina.







Trapalanda era el nombre de una tierra mítica y ensoñada. La buscaron para conquistarla y les fue esquiva. Se convirtió en imagen en el ensayo y nombre de alguna revista.
Para la Biblioteca Nacional es el nombre de una utopía: la puesta en acceso digital de todos sus fondos. Aquí se encontrará el lector con distintas colecciones, en las cuales los libros y documentos que la institución atesora se encuentran en forma digital.

jueves, 1 de mayo de 2014

TRABAJO. La revista de la OIT. Organización Internacional del Trabajo, Departamento de Comunicación e Información.











Esta revista no constituye un documento oficial 
de la Organización Internacional del Trabajo. 
Las opiniones expresadas en este documento no 
reflejan necesariamente los puntos de vista de la 
OIT. Las denominaciones utilizadas no implican la 
expresión de ninguna opinión por parte de la OIT 
sobre la situación jurídica de ningún país, área 
o territorio, ni sobre sus autoridades o sobre la 
delimitación de sus fronteras.
La referencia a nombres de empresas y de 
productos y procesos comerciales no implica que 
la OIT los apoye, y el hecho de no mencionar una 
empresa, un producto o un proceso comercial 
concretos no denota desaprobación.
Los textos y las fotos pueden reproducirse 
libremente (excepto las fotos de agencias), 
mencionando la fuente. En tal caso, se agradece 
la notificación por escrito.
La correspondencia debe dirigirse al 
Departamento de Comunicación de la OIT, 
CH-1211 Ginebra 22, Suiza.
Tel.: +4122/799-7912
Fax: +4122/799-8577
Correo electrónico: ilo_magazine@ilo.org
www.ilo.org/communication
Impreso por GRAFOFFSET, S.L.
Publicado por la OIT de Turín
ISSN 1020-0010

La revista Trabajo se publica tres veces al 
año por el Departamento de Comunicación e 
Información de la OIT en Ginebra y se distribuye 
gratuitamente. También se publica en árabe, 
chino, finlandés, francés, hindi, japonés, noruego 
y español.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Recursos interactivos para enseñar química


Su número atómico es 115 y se llama, provisionalmente, Ununpentio (Uup). Éste podría ser el nuevo integrante de la tabla periódica de los elementos y su existencia fue confirmada por un equipo de científicos europeos encabezado por físicos de la Universidad de Lund, en Suecia. Este descubrimiento nos permite estudiar con el alumnado las características de la tabla periódica a través de distintos recursos de química online y tablas interactivas.

ORIENTACIÓN PEDAGÓGICA:

El descubrimiento de un elemento nuevo puede dar pie al profesorado a tratar en el aula las propiedades de los elementos químicos y su plasmación en la tabla periódica.
Para comenzar la actividad, se puede sondear los conocimientos previos de química que poseen los alumnos mediante una pequeña reflexión en voz alta sobre el tema de la noticia. Seguidamente, se puede pedir al alumnado que indique qué es la tabla periódica y que busque información sobre la evolución de ésta a lo largo de la historia. El material recopilado se puede presentar al resto de la clase de forma oral, apoyando las explicaciones en elementos gráficos que facilitarán la comprensión del resto de compañeros.
Seguidamente, el docente puede explicar que cada elemento químico se identifica con un nombre y un símbolo (de una o dos letras) que permite identificarlo. El alumnado puede investigar cuántos elementos existen en la naturaleza e identificarlos en la Tabla periódica. En ella, podrán observar otros elementos que se han conseguido a través de la síntesis en un laboratorio.
Por otro lado, se puede pedir a los estudiantes que definan los conceptos de átomo y estructura atómica y que traten de explicar, con sus propias palabras, algunas de las propiedades más importantes que tienen los elementos químicos.
En la tabla periódica hay cuatro categorías de elementos: metales, semimetales, no metales y gases nobles. El profesor puede proponer a los alumnos elegir uno de estos grupos y encontrar para cada elemento un ejemplo de alguna sustancia u objeto que lo contenga o explicar algunos de los usos que se hace frecuentemente del mismo. Por ejemplo, en la categoría de no metales, el hidrógeno (H) se usa para la síntesis del amoníaco. Finalmente, el docente puede pedirles a los estudiantes que investiguen sobre los efectos que algunos de los elementos tienen sobre la salud. Por ejemplo, el mercurio tiene repercusiones sobre el sistema nervioso.
Una vez que el alumnado conozca las características más importantes de la tabla periódica, el profesor puede sugerirles la realización de un ejercicio grupal para aprender a situar los elementos químicos  en su lugar correspondiente. Tras organizar varios equipos de tres o cuatro alumnos y utilizando tablas periódicas en blanco y fichas adhesivas de los distintos elementos químicos. Se trataría de que cada uno de los equipos se enfrentaría a otro en una competición para situar los elementos en la tabla periódica en su lugar. Este juego se podría llevar a cabo con varios equipos compitiendo simultáneamente o incluso, organizando un torneo entre grupos.
Por último, el docente puede pedir a su alumnado que valore, en voz alta, la importancia que tiene el descubrimiento referenciado en la noticia, reflexionando sobre qué supone éste para el avance científico.

PROPUESTA TIC:


El ‘Proyecto Ulloa (Recursos para Química)’ es un material curricular base e interactivo para la enseñanza de los contenidos básicos en Química a lo largo de toda la Educación Secundaria. Puede utilizarse tanto de forma independiente y autónoma por el alumnado o bien como material de apoyo para las explicaciones y el desarrollo del temario realizado por el profesor. Dispone de una guía para el profesor de la asignatura y el material está estructurado en tres apartados, dependiendo del público al que se dirige y sus intereses (alumnado, profesorado y público general).
En la sección destinada al alumnado, éste encontrará dos posibles accesos al material, por cursos y por objetos de aprendizaje. Además del contenido teórico, los discentes encontrarán distintas propuestas de actividad tanto para realizar en el aula, en casa, en el ordenador, en el laboratorio y ejercicios de autoevaluación. En cuanto al acceso por objetos de aprendizaje, nos permite acceder a una serie de ejemplos y ejercicios interactivos que serán de utilidad para comprender determinados temas relacionados con la teoría atómica moderna.
La sección del profesorado incluye los contenidos que ya hemos comentado para los alumnos y añade una serie de documentos de uso exclusivo para los docentes como la descripción del proyecto, materiales imprimibles, tanto en formato PDF, para su impresión directa, como en formato RFT, para permitir su modificación antes de imprimir. Estos documentos son, esencialmente, los textos y dibujos de los materiales HTML desarrollados, con la única alteración de la pérdida de interactividad y, evidentemente, los cambios necesarios que ha obligado a introducir dicha pérdida. También se muestran utilidades y una selección de los contenidos interactivos
El acceso para público general da acceso a unas páginas en la que se desarrollan los conceptos básicos de la Química, con un nivel que va desde la iniciación hasta el segundo curso del Bachillerato.



Por otro lado, ‘Elementos químicos’ es una aplicación que muestra los intentos de clasificación de los elementos químicos hasta llegar a la tabla periódica que se usa en la actualidad, incidiendo en la evolución de la tabla, la estructura electrónica de los átomos, la espectroscopía y las propiedades más importantes de los elementos: masa, volumen, densidad, puntos de fusión y ebullición, radios atómicos, iónicos y covalentes, conductividad, afinidad electrónica, electronegatividad, polarizabilidad, potenciales de ionización y propiedades termodinámicas de los mismos.
La documentación se acompaña de gráficos interactivos y, de cada elemento concreto de la tabla periódica, se muestra una ficha en la que se describe su historia, abundancia, estructura cristalina, propiedades, preparación, usos e isótopos.
El profesor puede utilizar esta herramienta para explicar la historia y evolución de la tabla periódica, así como las propiedades de cada uno de los elementos que la conforman. Tras ello, se puede invitar al alumnado a realizar el cuestionario de autoevaluación y las cinco actividades lúdicas que completan esta aplicación afianzando, de esta forma, los conocimientos adquiridos.



Si deseamos trabajar de una forma más lúdica la tabla periódica con nuestros alumnos, podemos utilizar los recursos de la web ‘Active Science’, que nos proporciona un compendio de quince juegos interactivos sobre distintas materias de la ciencia, organizados por edades. En él encontramos tres tablas periódicas interactivas (cada una dirigida a una franja de edad diferente: de 11 a 14 años, de 14 a 16 y más de 16) que pueden ser utilizadas como un juego para ayudar a los estudiantes a practicar la identificación química de los elementos. Éste es un recurso en inglés, pero su funcionamiento es sencillo: a través de unas pistas sobre las propiedades químicas de un determinado elemento, los alumnos tendrán que situarlo en su lugar correspondiente dentro de la tabla periódica.
Finalmente, también puede ser interesante la lectura del artículo ‘Recursos TIC para aprender la tabla periódica’.

OTRAS FUENTES:

PARA SABER MÁS:

Tablas periódicas:
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lunes, 26 de agosto de 2013

lunes, 5 de agosto de 2013

Cómo se hace un diccionario. Laura Ventura. Artículo Diario La Nación, 4 de agosto de 2013 (Diccionario de la Real Academia Española)



Un recorrido por los pasillos y salones de la Real Academia Española para conocer la exhaustiva actualización del libro que presenta, no sin polémica, las definiciones de nuestra lengua


MADRID.- Todos los jueves, a las 19.30, suena una campanilla en la Real Academia Española (RAE). En su elegante sede a metros -apenas una escalinata- del Museo del Prado se reúnen en torno una gran mesa ovalada los filólogos, intelectuales, catedráticos, científicos y escritores que integran la institución. La delicadeza del tintineo marca el tono y el estilo de la sesión que está por comenzar. La responsabilidad es colosal: hallar la definición más precisa posible para un grupo de palabras que pasarán a integrar, o no, el diccionario más consultado de nuestra lengua. Los miembros ocupan sus sillones, uno por cada letra -mayúscula y minúscula- del abecedario.
Para llegar a esa sala se atraviesa un pasillo custodiado por copias de la serie Los caprichos, de Francisco de Goya (los originales, que pertenecen al tesoro de la RAE, están guardados en la bóveda de seguridad). Por ese mismo corredor, hace dos meses, caminó Santiago Muñoz Molina, el miembro más reciente de la Academia, en la ceremonia de ingreso a la que asistió a la Revista. El protocolo indica que, luego de ser elegido por los académicos, el flamante miembro debe preparar un discurso y presentarlo en un acto público, donde aborda una problemática de la lengua o la literatura. Vestido de frac, ingresa al salón principal acompañado por los dos últimos miembros que han tomado posesión. A su derecha se encuentran las autoridades de la Academia; a su izquierda, quienes serán sus nuevos compañeros; en el centro, el director, debajo de dos lienzos: el de Felipe IV, el monarca que auspició el surgimiento de esta institución, y por Miguel de Cervantes, el máximo exponente de la literatura española. A este discurso de ingreso le sigue la contestación de un académico que le da la bienvenida, y luego la entrega de una medalla que deberá ser devuelta a la institución a la muerte del académico, puesto que estas distinciones son las mismas desde que la RAE surgió, en 1713.
Ajena al gobierno y a los partidos políticos, desde su nombre la RAE expresa su origen como institución que emana de la corona española. Los reyes siguen de cerca las actividades de sus ocho academias, en particular de ésta, la más conocida en todo el mundo hispano.
La RAE tiene su propia biblioteca -distribuida en tres sofisticadas salas que se corresponden con tres tipos de bibliotecas- integrada por 250 mil volúmenes, entre ellos las primeras ediciones del Quijote y de obras de Lope de Vega. Su pompa y solemnidad son el resultado de una tradición de tres siglos de vida que limpia, fija y da esplendor a la lengua, según reza su lema, explícito en su escudo, un crisol en llamas. Establecer y confeccionar obras que ayuden a la cohesión y unidad de la lengua en su diversidad son sus funciones principales (obras como la Gramática y la Ortografía de la Lengua Española lo atestiguan), pero la más conocida es la redacción del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Este texto y esta institución cobran cada vez más protagonismo. El informe del Instituto Cervantes de 2012 precisa que 495 millones de personas hablan español y que es el segundo idioma más hablado del planeta (después del chino, con 1000 millones de usuarios), superando al inglés.

 
"La definición perfecta no existe" José Manuel Blecua, director de la RAE, sentado en la magnífica biblioteca de 250 mil volúmenes (y varios incunables). 
 

El año próximo se publicará una nueva edición de este diccionario, la 23ª, que contendrá 90 mil palabras, de las cuales dos tercios son enmiendas de la edición anterior, precisa el director de la RAE, José Manuel Blecua. "Esta edición manifiesta un crecimiento progresivo en cantidad de palabras. Se han modificado 60 mil, enmiendas que ya se encuentran, en gran medida, en línea. Es decir, cuando hoy se consulta el diccionario, se está consultando en realidad el próximo diccionario."

DESDE LA A HASTA EL DRAE

Mucho antes de que las palabras lleguen a los académicos y se discutan los jueves hay una enorme tarea previa de investigación. A pocas cuadras del estadio Santiago Bernabéu funciona el Centro de Estudios de la RAE, donde se ubica, entre otros departamentos, el Instituto de Lexicografía, una casa con jardín al frente y banderas de todos los países de habla hispana. En un ambiente más informal que el del edificio de la sede central, los lexicógrafos de la institución se dan cita muy temprano, de lunes a viernes. Filólogos de formación (los programas educativos argentinos para las licenciaturas en Letras ponen mayor énfasis en Literatura o en Lingüística antes que en Filología), gramáticos, especialistas en griego y latín y semantistas integran las huestes de ese ejército de zapadores -metáfora de Concepción Maldonado, una eminencia y experta editora de diccionarios- que iluminan sobre el origen y el uso que los hablantes del español actual le dan a una determinada palabra.
En este edificio se atienden además las consultas sobre el idioma que llegan a diario al departamento Español al Día. Muchas veces, cuentan los lexicógrafos, reciben preguntas específicas que provienen de la Justicia a la hora de interpretar una palabra, pues la definición o redacción de un término puede cambiar de modo radical el curso de una causa.
La lexicología ha cobrado en las últimas décadas un gran desarrollo. La profesionalización y especialidad de esta tarea fue impulsada por la tecnología que permitió la confección de aquel motor inmenso que constituye el paso previo para realizar un diccionario: los corpus.

 
Sede solemne. Los formalismos son parte integral de una institución de tres siglos que limpia, fija y da esplendor a la lengua, según reza su lema. 
 

Los especialistas reúnen textos, corpus, para extraer de ellos la información que permite analizar la frecuencia y los contextos en que se utilizan las palabras para poder así precisar su significado y origen. Las fuentes son publicaciones periodísticas, literarias, científicas y académicas, entre otras. Incluso se han incorporado materiales orales a los corpus. Por ejemplo, de la Argentina se registran textos de Julio Cortázar y también el relato de algunos goles de Alejandro Fantino. A los corpus se puede ingresar desde la página de la RAE y existen dos tipos: el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) y el Corpus Diacrónico del Español (Corde, que reúne textos hasta 1975). Entre ambos contabilizan 410 millones de palabras registradas.
Gracias a los corpus, es más ágil la exploración de términos a lo largo de los siglos y así será posible la publicación en 2017 del esperado Nuevo Diccionario Histórico del Español (NDHE), coordinado por el académico José Antonio Pascual, un texto indispensable para toda lengua que busca trazar la evolución del léxico desde el origen de una palabra hasta la actualidad.
El DRAE incorpora los denominados americanismos, es decir, aquellas palabras del español cuyo origen y uso provienen de los países de América latina. Para ello, desde 1951 se fundó la Asociación de Academias de la Lengua Española, integrada por 22 academias. "El diálogo y el contacto entre la RAE y las instituciones americanas es prácticamente diario. En breve funcionará un mecanismo para poder estar conectados a través de un teléfono gratuito, y mediante teleconferencias se podrá trabajar de modo simultáneo en un mismo texto", anticipa Blecua. La RAE también aborda la elaboración del Diccionario de Americanismos (DA), confección donde es indispensable la colaboración de todas las academias hispanoamericanas.
Todo diccionario cuenta con una planta -palabra tomada de la arquitectura-, un esqueleto donde se ubican los elementos de cada palabra (etimología, clase de palabra, sus distintas acepciones, ejemplos de uso, etcétera).
"Cómo hacer un diccionario es un problema, y cómo hacerlo siguiendo una tradición de 300 años es otro problema mayor. El primer diccionario de la Academia se hizo a mano. Es de 1726-1739, pues se fue publicando por tomos de la A a la Z, llamado de autoridades porque contenían citas, en su mayoría de autores del Siglo de Oro español. En la actualidad se realiza a partir de un conjunto de corpus. El DRAE sigue la tradición de la Academia, siempre en armonía con la gramática. Va destinado a una gran cantidad de hablantes, con sus variedades dialectales, y se debe precisar aquellas palabras que provienen de América y en qué países se utilizan", explica Blecua.
Quizá la lógica indica que un diccionario se redacta por orden alfabético, pero esto no es así. Muchas palabras se definen por sus campos semánticos, y por ejemplo, existe un lexicógrafo especializado en la definición de todas las palabras utilizadas en teatro, otro en vocabulario científico, etcétera.
Desde el Crátilo de Platón, el problema de la definición ha sido abordado por la filosofía. Los diccionarios deben definir la palabra (por ejemplo, si es un verbo o un sustantivo, y cuál es su significado) y no la cosa en sí misma; cuál es la cosa que una palabra designa. Esta última tarea corresponde a la enciclopedia. "Toda definición se puede mejorar. Sí existe un estilo y leyes, como la legibilidad. No deben superar las veinte palabras ni tener oraciones incrustadas dentro de otras", precisa Blecua.
Una vez definida una palabra comienza una larga serie de revisiones a cargo de otros especialistas. Cuando ya no existen objeciones se confecciona una lista que será discutida en la sesión de los jueves por los miembros de número de la RAE e incluso una vez aprobadas regresan otra vez al Instituto de Lexicografía. La revisión general del nuevo DRAE demandará casi un año.

POLÍTICAMENTE DESCRIPTIVO

Ser director de la RAE es un reconocimiento enorme para todo estudioso de la lengua. Cada cuatro años se realizan elecciones para renovar a sus máximas autoridades. Por votación mayoritaria José Manuel Blecua, doctor en Filología Románica y catedrático de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Barcelona, fue elegido en 2010.
Destacados escritores de la talla de Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Miguel Delibes y Salvador de Madariaga formaron parte de la RAE, y actualmente la ficción tiene sus representantes en Javier Marías, Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte. También los mejores lingüistas de todos los tiempos formaron y forman parte de sus filas. La RAE ha ido evolucionando junto con la sociedad y, en la actualidad, seis académicas integran la Academia.
A pesar del prestigio indiscutible de sus miembros, son frecuentes las críticas a esta institución, canalizadas a través de muchas entradas del DRAE. "La gente considera que el diccionario tiene que tener las últimas novedades de la lengua juvenil, de la lengua científica, de los dialectalismos, y este diccionario es un diccionario de la lengua general, no específica", detalla Blecua. Otro aspecto criticado del DRAE es la ideología de la sociedad que se cuela en sus entradas. "Todos los diccionarios arrastran los problemas de la lengua y de la sociedad. Pero, precisamente, un diccionario no debe ser políticamente correcto, sino descriptivamente correcto. No le corresponde a este texto ocultar el machismo, por ejemplo. Un diccionario debe ser objetivo y debe incorporar incluso aquellos rasgos negativos. Y lo que es más importante aún, debe respetar la gramática de la lengua", asegura.
Mucho revuelo generó el informe que se conoció en 2012, redactado por Ignacio Bosque, Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, donde sostiene que en la utilización plural de los sustantivos y los adjetivos se incluyen, bajo forma aparentemente masculina, lo masculino y lo femenino. Se trata en esos casos de lo que se denomina masculino como género no marcado. En el escenario argentino se podría aplicar a la utilización del todos y todas. Este artículo de carácter público, disponible en la Red, ironiza: "¿Será o no sexista el uso de la expresión el otro en la secuencia Juan y María se ayudan el uno al otro en lo que pueden?"
Alabado o criticado, el DRAE es el más consultado de nuestra lengua y pertenecer a esta institución responsable de su confección, la RAE, es un honor para todo estudioso de la lengua. Definir una palabra continuará siendo un problema complejo cuyos límites excede muchas veces la filología. "La definición perfecta no existe", asegura Blecua.
FUENTE: lanacion

viernes, 26 de julio de 2013

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