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lunes, 15 de noviembre de 2021

II Jornadas Metropolitanas Virtuales de Bibliotecarios y Bibliotecarias Escolares

Hola familias, chicas y chicos!

Hoy desde el blog de la Biblioteca queremos contarles que los días 3 y 4 de noviembre compartimos las II Jornadas Metropolitanas Virtuales de Bibliotecarios y Bibliotecarias Escolares: “Las bibliotecas y sus puentes a la lectura".Ya les habíamos anticipado que vari@s coleg@s  bibliotecari@s del distrito iban a entrevistar a diversas escritoras y escritores de nuestro país y del extranjero.
Con mucha alegría queremos compartir con ustedes el resultado de ese maravilloso trabajo y hacerl@s partícipes de esa fiesta.

L@s invitamos a ver la presentación en la BIDDI (Biblioteca Digital Distrital) haciendo click en este link: https://supervisionde7y8.wixsite.com/biddi/jornadas2021 o  en el  Genially que aparece a continuación.

¡Que las disfruten! Porque leer abre mundos... Leer es tu derecho.
 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

II Jornadas Metropolitanas Virtuales de Bibliotecarios y Bibliotecarias Escolares

 Hola familias, chicas y chicos!!

Hoy desde el blog de la Biblioteca queremos contarles que los días 3 y 4 de noviembre se desarrollarán  las II Jornadas Metropolitanas Virtuales de Bibliotecarios y Bibliotecarias Escolares: “Las bibliotecas y sus puentes a la lectura"  organizadas íntegramente por el Equipo de Supervisoras de Bibliotecas Escolares y los Asesores Pedagógicos de Intec.  

Esos días, todas las Maestras y Maestros Bibliotecarios de la Ciudad estaremos participando de ellas, compartiendo experiencias, proyectos y disfrutando de las entrevistas  realizadas con diversas autoras y autores de nuestro país y del extranjero.

 
 
Para que ustedes también puedan ser parte de esta jornada  a continuación podrán leer información de algunas escritoras y escritores que dialogaron  con divers@s  colegas bibliotecari@s  de los Distritos Escolares 7° y 8°. En breve estaremos publicando los videos con las entrevistas completas.

También  pueden encontrar la presentación en la BIDDI (Biblioteca Digital Distrital) haciendo click en este link: https://supervisionde7y8.wixsite.com/biddi/entrevistas

Que lo disfruten!!

Porque Leer abre mundos...Leer es tu derecho. Hasta la próxima.
 
 

jueves, 2 de abril de 2020

Recordando una hermosa visita

DURANTE SEPTIEMBRE DE 2019 LA BIBLIOTECA SE VISTIÓ DE FIESTA PARA RECIBIR UNA BELLA VISITANTE....

MARGARITA BORNEMANN 


 ¡¡¡¡ si siiii !! ¡¡ la de la trenza larga!! 


HERMANA DE LA ESCRITORA ELSA BORNEMANN (fallecida en 2013) VISITA LAS ESCUELAS PARA DIFUNDIR LA OBRA DE LA RECORDADA ELSA


Muchos de los maestros y maestras de la escuela crecimos y estudiamos con sus cuentos, novelas y poesías...


Margarita presentó notas y datos de Elsa que eran poco conocidos. Conversó con los chicos y chicas de 5ª grado 🙋🙍(participaron 5ª A y B del T.Mañana y C del T.Tarde) con sus maestras Mariela, Yohana y su maestro Franco🙍🙎


También nos donó para la biblioteca varios ejemplares de poesía que no teníamos para enriquecer los títulos de Elsa en nuestros estantes📚📙📘📗📘


Los chicos y chicas le acercaron preguntas, ideas, propuestas y dibujos. 

También conversaron sobre qué aspecto de la literatura de Elsa les gustaban más: los cuentos de miedo. 😱 😱 😱  Margarita habló sobre "el miedo" en general, ya que ella es psicóloga. Y contaba anécdotas sobre la infancia y la juventud de Elsa. Luego la charla terminó, y antes de irse firmó ejemplares.


😊GRACIAS GRACIAS MARGARITA GRACIAS GRACIAS😊

💛

Las bibliotecarias Graciela y Carina














miércoles, 1 de junio de 2016

Anthony Browne. Entrevista. Revista Babar, 2005


Entrevista a Anthony Browne

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Anthony Browne, recién entrado en la cincuentena, pero con un aspecto juvenil, nació en Sheffield y se crió cerca de Halifax. Estudió diseño gráfico en la Facultad de Arte de Leeds y después trabajó como dibujante médico en el Hospital de Manchester.
Después, durante quince años, diseñó tarjetas de felicitación para la Galería Gordon Fraser, hasta 1988, cuando ilustró Alicia en el País de las maravillas, que fue editado por Julia MacRae.
¿Cuál fue el primer dibujo o ilustración de la que te sentiste realmente satisfecho?
Algunos diseños de una rata diseccionada que hice con motivo de una entrevista para entrar en un curso de dibujo médico (por cierto, no fui aceptado).
¿Qué preparación hay detrás de tu talento artístico?
Estudié Diseño Gráfico en la Facultad de Arte de Leeds.
¿Cuál es tu técnica favorita a la hora de trabajar en álbumes ilustrados, y por qué?
La acuarela, porque estoy acostumbrado a ella, supongo. Trabajo con facilidad, y además seca rápidamente. Tiendo a usarla de una manera más comedida de lo normal, una técnica que aprendí cuando fui temporalmente dibujante médico.
¿Están todos tus trabajos enfocados a la ilustración, o has hecho alguna exposición de trabajos individuales o cuadros independientes?
Alguna vez he dibujado por diversión, pero parece que siempre tiendo a contar una historia.
¿Cómo empiezas a trabajar sobre un libro? ¿Te viene primero a la cabeza la historia, o las ilustraciones?
La mayoría de mis libros empezaron como una extraña mezcla entre historia e imágenes. La única manera de describir esto es decir que es como planear una película, y trabajar sobre las páginas de un libro es como imaginar las escenas.
Tus libros tratan a menudo sentimientos de soledad y tristeza, superados gracias al poder de la imaginación. ¿Es un tema que abordas conscientemente o tiene ninguna relación con tu infancia?
No es un tema que yo trate de manera intencionada. La idea de un libro se va asentando poco a poco en mí. Supongo que debe tener algo que ver con mis propias experiencias infantiles, aunque crecí en una familia cálida y cariñosa, y no recuerdo ningún sentimiento de soledad prolongado – la verdad es que casi nunca me encontraba solo.
¿Cuánto tiempo te suele llevar realizar una ilustración (por ejemplo, una a página completa como las de Gorilla)?
Una ilustración te puede llevar todo un día si es pequeña y muy sencilla, o una semana si es grande y detallista. Normalmente no suelo tardar más que lo que dura mi interés, aunque a veces me gustaría dedicar mucho más tiempo a cada ilustración.
Antes de dedicarte profesionalmente a la ilustración, has tenido otros trabajos. ¿Cuáles eran, y cómo enfocarías tu talento artístico si de repente perdieras el interés o la posibilidad de hacer álbumes ilustrados para niños?
Fui un dibujante médico en Manchester durante 3 años, maestro a tiempo parcial en la Facultad de Arte de Leeds y diseñador de tarjetas de felicitación para la Galería Gordon Fraser. A veces pienso que sería interesante dedicarme a la pintura, así que a lo mejor lo intento.
¿Cuándo dibujaste tu primer “primate”?
Bueno, estrictamente hablando, los humanos también son primates, de manera que debió de ser una de las primeras cosas que dibujé cuando era niño. El primer gorila que recuerdo haber dibujado fue con motivo de una tarjeta de cumpleaños que mostraba a un gran gorila muy cabreado sujetando un oso de peluche, y de alguna manera he venido repitiendo esta idea desde entonces.
¿Te has planteado realizar alguna novela gráfica para adultos, o jóvenes?
Mi versión de King Kong estaba bastante cerca de eso. Estaba tratando de hacer algo entre un álbum ilustrado, una novela gráfica y una novela convencional. Ahora no estoy muy seguro de lo que era, o para qué. Las librerías tuvieron un serio problema con esto.
Te gusta insertar pequeños dibujos escondidos entre los fondos de tus ilustraciones. La mayoría de ellos son fáciles de detectar, pero hay algunos que la mayor parte de los lectores puede ignorar…
Hay bastantes casos, y debo admitir que no me gustaría dejar de hacerlo, pero hay un gorila que aparece como metiéndose dentro de una doble página en El Túnel que no tiene absolutamente nada que ver con la historia. Suelo incluir estas imágenes para ayudar a contar partes de la historia que las palabras no cuentan. Es la parte de mi trabajo que me parece más fascinante.
Hablando de El Túnel, ¿cómo creaste las imágenes secuenciales en este libro, donde la hermana echa sus brazos alrededor su hermano moribundo y congelado y le devuelve a la vida?
Quería que la historia se desarrollara en el mundo real con niños creíbles, así que fotografié a amigos de mis hijos en las posturas que aparecen en el libro.
¿Por qué es el zoo un elemento tan presente en tus historias?
Tengo sentimientos muy encontrados respecto a los zoos. Desearía que no fueran necesarios, pero creo que me atrae el tema de las jaulas y el cautiverio de todos los tipos y a todos los niveles. Incluso mis ilustraciones aparecen a veces atrapadas en cajas.
¿Cuál de tus libros es tu favorito?
Tengo tres favoritos: GorilaZoo, y sorprendentemente, mi nuevo libro Willy the Dreamer. Digo sorprendentemente porque normalmente justo después de acabar un libro lo odio. No puedo soportar ni mirarlo, todo lo que veo son fallos, o pequeños detalles que no resaltan tanto como había esperado. Fue un placer trabajar en este libro. Es un conjunto de imágenes que celebran el sueño, algunos de mis dibujos favoritos, y los plátanos. Creo que a lo mejor se percibe este disfrute a través de ellos. Al menos, eso espero.
De entre todos los autores contemporáneos, ¿qué trabajo admiras más?
Me gustan muchos autores e ilustradores ingleses, pero mis dos favoritos son americanos: el gran Maurice Sendak y Chris van Allsburg.
Entrevista cedida por la revista inglesa Achuka.
Todos los derechos reservados.

FUENTE: revistababar

viernes, 27 de mayo de 2016

Elsa Bornemann entrevistada por chicos. Revista Compinches, en Revista Imaginaria

Compinches1


La revista Compinches, una publicación de distribución gratuita que circuló durante 10 años (2001-2011) en Argentina y cuyo contenido estaba preparado especialmente para que padres e hijos compartieran la lectura, incluia en cada número una entrevista realizada por niños a una figura de nuestra vida cultural.
Desde los inicios de la publicación, distintos equipos formados por niñas y niños —entrenados y coordinados por las periodistas Gisela SchmidbergMaría Laura Efrón— dialogaron con músicos, escritores, actores, artistas plásticos, profesionales de los medios de comunicación, deportistas, historietistas, y otros representantes del quehacer cultural argentino.
Las preguntas de los pequeños periodistas, realizadas con la frescura y espontaneidad propias de la edad, reflejan un intenso trabajo previo de investigación sobre el entrevistado. Estas características hacen de lo charlado y compartido en estos encuentros una opción de lectura gratificante.
A continuación, reproducimos la entrevista a Elsa Bornemann realizada por Luciana Beker publicada en el Nº 1 de la revista Compinches (Buenos Aires, abril de 2001). Imaginaria agradece a Carola Beker y a Sergio Efrón, directores de Compinches, la gentileza y autorización para su reproducción.
Periodistas por un día: Entrevistando a Elsa Bornemann
Entrevistadora: Luciana Beker.
—¿Para qué edad pensás que es Cuentos a salto de canguro?
—Yo no estoy de acuerdo con poner las edades, pero comprendo que las editoriales, los colegios y las librerías necesitan una orientación. O sea, va una mamá y dice: “Tengo un nene de 9 y otro de 12, ¿qué les puedo llevar?”, entonces los libreros se fijan en eso, porque no leen todo lo que venden. Las editoriales lo ponen también con ese propósito. Les parece que va más o menos para esa edad. Pero hay criaturas que lo que está dirigido —suponete— para 12 años lo leen a los 7 y lo entienden perfecto, y al revés, a algunos de 15 les tenés que dar un libro para 5 porque no entienden.
—¿Cuándo les ponés los nombres a los libros?
—A veces se me ocurren antes, porque tienen que ver con lo que va a pasar. Por ejemplo, cuando decidí escribir cuentos de terror, yo pensé: “Si pasa algo que le da miedo, ¿qué dice uno? “¡¡Socorro!!”. Entonces dije: “Ya está, se llamará Socorro“.
—¿La historia de El niño envuelto es de verdad?
—Yo siempre les explico a los chicos que hay una gran diferencia entre la realidad y la ficción. Si yo trabajara absolutamente con la realidad, tendría que ser una excelente periodista, entonces contaría, por ejemplo: “Hoy me encontré con Luciana, a las 18 horas, un día clauroso”. Ahora si yo esto lo quiero contar en un cuento, entonces tengo la libertad de agregarle cosas. Por ejemplo, como sos hija de mellizos puedo poner: “Yo no llegaba por el calor… Luciana estaba allí, pero me di vuelta, y había otra Luciana, y vi venir por la puerta de entrada a otra Luciana…”, como si vos fueras trillizas… y el escritor tiene esa libertad, eso se llama ficción.
En El niño envuelto están mecladas historias mías, historias de los chicos, historias del pibe que viví a en mi casa, que es cierto. Vivía en el tercer piso, y yo desde el quinto le bajaba una canastita con libros, y él me ponía cartitas. Venía mucho a casa, me hice muy amiga de sus papás, eramos compañeritos de alguna manera. Él no se llama Andrés (como el protagonista del cuento). No le puse su nombre porque como ahí aparecían cosas que no tenían que ver con la familia de ellos, me parece que no es correcto.
Todo lo que un escritor escribe, Luciana, está basado en lo que siente, en lo que piensa, en lo que sucede, pero lo puede escribir, porque por eso es escritor, incluso como le hubiera gustado que pase. Incluso, dejando el final abierto, porque aunque los grandes no lo creen, a los chicos les gustan los finales así. Por ejemplo, han pasado tantos años desde que yo escribí que una chica parece que desaparece adentro de un lavarropas. ¡¡Para qué lo habré escrito!! Me lo preguntan siempre…
—¿Vos más o menos cuánto tardás en escribir un cuento?
—Cuando empiezo, muy rápido. Tardo los días anteriores. A veces estoy meses pensando en algo, tomo notitas, pero una vez que lo voy a escribir, lo tengo todo más o menos pensado.

Compinches24Seguimos con la entrevista realizada por Laura y Dana publicada en el Nº 24 de la revistaCompinches (Buenos Aires, marzo de 2006). Imaginaria agradece a Carola Beker y a Sergio Efrón, directores de Compinches, la gentileza y autorización para su reproducción.
Elsa Bornemann en la frecuencia de los chicos
Entrevistaron: Laura, 10 años, y Dana, 11 años.
Asesoría Periodística: Gisela Schmidberg.
—Sabemos que sos maestra y doctora en letras. ¿Ejerciste alguna vez?
—Sí, sí, sí. De maestra jardinera, de maestra de escuela primaria, de profesora de secundaria y en la universidad también.
—¿Y doctora?
—Y sí… ¡Curé muchas letras y muchas palabras! (Risas).
—¿Cómo eras con tus alumnos?
—Afortunadamente, me llevaba muy bien. Los chicos me tenían simpatía y yo también a ellos. Es que realmente los seres que más me gustan en la vida son los chicos. Y después de ellos, me gustan mucho también los animales.
—También sabemos que trabajaste como azafata. ¿Cómo fue?
—Yo creía que me iba a encantar ser azafata. Y después que trabajé… ¡no! Pero no porque me diera miedo el avión, sino porque tenía que estar todo el tiempo sirviendo a la gente, atendiendo a todos, asistiendo a las personas que se asustaban… Y yo dije: “Bueno, ya probé, ya está bien”.
—¿Recordás alguna anécdota de esa época?
—Sí, yo decía: “Perdón, voy al baño”, y me metía ahí. En realidad, era porque se me estaba ocurriendo algo para escribir. Me encerraba en el baño y escribía poemas.
—¿Te leían de chiquita?
—Mi papá, sobre todo. Pero ¿ustedes saben? Una risa… Mi papá era alemán; entonces, él me leía en alemán y me decía: “Si prestás mucha atención, lo vas a entender”. Pero como él no me traducía, ¡yo me imaginaba cualquier otra cosa! Y después mi mamá me inventaba cuentos.
—En la dedicatoria del libro Tinke-Tinke escribiste: “A mi mamá, Blancanieves Fernández de Bornemann, que nutrió mi infancia con poesía”.
—Claro, porque también me leía poemas. Yo le llevaba los libros para que ella me los leyera. Tenía cuatro o cinco años y estaba muy desesperada por aprender a leer. Mi mamá me leía mucho, pero mis hermanas, que eran grandes, no. “¡Aprendé a leer!”, me decían. Ahora, ¿vieron que mi mamá se llama Blancanieves? Todos los chicos se ríen cuando voy a los colegios y me dicen: “¿Cómo? ¿Sos una hija de Blancanieves?”
—Y cuando empezaste a leer sola, ¿qué leías?
—Cuentos, novelas y poesía; sobre todo poesía. Existen tantos autores extraordinarios, ¿no? Sobre todo, leo a autores españoles y argentinos, muchísimo. Era y sigo siendo muy lectora. la lectura me encanta y también la radio. La televisión no tanto. Escucho mucha radio de noche, porque yo por la noche duermo poco. Siempre, ¿eh? De chica también.
—Qué otras cosas conservás de cuando eras chica?
—Conservo recuerdos, objetos —como mi muñeca preferida, Pelusita— y características de mi personalidad. Ya desde chica escribía. En la escuela primaria sufrí mucho con las composiciiones, porque cuando tenía ocho o nueve años me llamaban de la dirección y me preguntaban: “¿Cuál de tus hermanas te escribió la redacción?”. Yo no me daba cuenta de si estaba mal o bien escrita; no tenía ni la menor idea, para nada. Entonces, no entendía por qué me sentaban ahí y me decían esas cosas. Después llamaban a mi mamá y ella decía: “No, la escribió ella”. Además, si yo escribía las composiciones en el aula, ¿cómo me las iban a escribir mis hermanas?
—Había Jardín de Infantes cuando vos eras chica?
—Sí, había, pero a mí no me mandaron. El jardín era el fondo de mi casa. A mi papá le gustaban muchísimo los árboles, las plantas; estaba lleno de verde, hermoso. El jardín de mi casa: ése fue mi jardín.
—¿Tenías muchos amigos?
—Siiií. sobre todo, varones. Cuando yo ea chica, en general, las mamás no querían que las nenas estuvieran con amigos varones. Pero en mi casa no pasaba eso. Era, como me decían entonces, varonera. ¿Por qué? Porque íbamos a la plaza, nos trepábamos a los árboles… Me encantaba. con ellos me divertía muchísimo.
—¿Y algún novio?
—Tuve candidatos hacia mí. Había uno, que era hijo de un ucraniano y una gallega, que vivía a la vuelta de casa. Tenía un año más que yo y desde los ocho se había enamorado de mí. El papá, cuando me veía, me decía con su acento ucraniano: “Ahí vino mi nuegga, ahí vino mi nuegga“. No sé, el otro se obsesionó y me dijo: “Estoy enamorado de vos” con su vocecita de ocho años. Y yo le contesté: “¡Pero yo no!”. Bueno, entonces, ¿saben lo que hacía? Pasaba dos o tres veces por semana por la puerta de mi casa con un rebenque en la mano y gritaba: “Elsy, si no aceptás ser mi novia, vas a ver lo que hago!”, y golpeaba el rebenque contra el cordón de la vereda. No nos hemos vuelto a ver desde hace mil años, pero me sigue llamando de vez en cuando para ver cómo estoy… El primer noviecito lo tuve a los catorce años; nos tocábamos de lejos con los deditos… no era como ahora…
—¿Cómo eran los chicos de antes?
—Y… quizá vivíamos una época más sana. Por ejemplo —ojo que esto que voy a decir es una generalización—, a mí me asusta muchísimo que los chicos (y digo chicos porque a los doce, trece, catorce son todavía chicos, ¿no?) tomen alcohol y droga. Acá cerquita de mi casa hay un boliche, y la madrugada del sábado, del domingo y el lunes es un bochinche impresionante, a las seis o siete de la mañana. Yo salgo al balcón, los veo y son chicos chiquitos. Y eso no pasaba antes.
—¿Por qué quisiste ser escritora?
—Porque me encantaban los libros. Y después, hay cosas que uno no sabe exactamente por qué, pero quizás hasta el día de hoy tengo ciertos problemas para comunicarme hablando y no para hacerlo escribiendo. Por ejemplo, a mí no me gusta el teléfono.
—¿Por qué?
—¡Ustedes no fueron telefonistas de chica! Mi papá era relojero campanero y tenía el taller en el fondo de mi casa. Entonces, lo llamaban de muchos lados por trabajos y él me pedía a mí que atendiera el teléfono. Por otro lado, mi hermana mayor ya tenía sus noviecitos y me decía: “Atendé y decí que no estoy”. La otra, lo mismo. Entonces, yo estaba harta de atender el teléfono. Por eso me encantó cuando salió la computadora, aunque yo —copiando a Rolando Hanglin, que habla de la Organización de Sufrimiento Argentino— llamo a mi computadora la OSA, porque hay días en que no anda nada. Un desastre, ¿no? Pero me encanta mandar y recibir mails… Y lo que extraño son las cartas escritas a mano que le llegaban a uno antes, con la letrita de cada uno de los amigos… en la que uno los podía reconocer.
—Por qué pensás que tantos chicos te escriben?
—Supongo —aunque yo no tengo la explicación, porque sinceramente no la tengo— que porque les gusta lo que escribo. Como a mí me hubiera gustado escribirle a Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, y a tantos otros autores que ya cuando yo era chica no existían, ¿no? Estaban los libros. Había pocos autores en la Argentina que escribían para chicos, hasta que apareció la extraordinaria María Elena Walsh. Y después yo empecé escribiendo para chicos pero sobre temas de los que no se escribían acá, como el terror o el amor. Y tuve algunos problemas.
—¿Cuáles?
—Con el libro Un elefante ocupa mucho espacio, fui prohibida en el año 1977. El año anterior había recibido un premio internacional muy importante y supongo que a alguna gente le dio envidia. No creo que el general Videla (N. de la R.: primer presidente de la dictadura militar que comenzó en 1976 y durá hasta 1983) lo haya leído, ¡para nada! Pero lo prohibieron diciendo que era izquierdista, y no era para nada así. Pronto, si Dios quiere, se va a hacer una versión teatral de ese libro. Cuando me prohibieron eran momentos muy tremendos, en los que desaparecía la gente… y me acuerdo de que mi padre me dijo: “Andate a vivir a Europa. No te quedes acá porque esto es muy peligroso”. Pero yo, sinceramente si me hubiera ido, me habría muerto de tristeza, sola y por esa causa… entonces, me quedé acá.
—¿Tenés una receta para que tus libros les gusten a los chicos?
—No, no, para nada. Escribo lo que siento que me gustaría leer si yo fuera chica. A mí me hubiera gustado leer poemas de amor.
—Cuando estás haciendo cualquier otra cosa, ¿se te ocurren ideas pra escribir?
—Sí. De noche… ¡no saben cuántas veces prendo una linterna chiquita para no despertar a mi marido! Tengo papelitos al lado de la cama y de pronto se me ocurre algo y lo anoto, porque después se me puede ir, se me puede volar. Sí, siempre ando con papeles y la birome para anotar cosas.. Si se me ocurre algo, ¡pic!, lo agarro.
—¿Qué cosas de la realidad te llaman la atención?
—Sobre todo, me llama la atención que desde el principio del mundo los seres humnanos no son pacíficos. Eso me pone muy mal, porque la violencia no empezó ahora. Si ustedes leen historia, la violencia, la envidia, todas esas cosas, estuvieron desde el principio de los tiempos. Eso me llama muchísimo la atención.
—¿Qué cosas te hacen reír?
—Ah, muuuuchas. Empezando por casa, mis perritas porque parecen dos nenas. Y arman un lío… Desde las seis de la mañana quieren jugar: para aquí, para allá, para aquí, para allá, para aquí, para allá… Y después me gustan y divierten mucho los chistes de Fontanarrosa, Nik, los dibujos de Sábat.
—¿Qué se puede hacer con un chico al que no le gusta leer? ¿Hay que hacer algo?
—En general, el chico al que no le gusta leer es porque en la casa nadie lee. No ve a su mamá o a su papá leyendo con placer… Después estaría la escuela: que haya un maestro, una maestra, un profesor, una profesora que les transmitan a los chicos: “¡No saben lo que se pierden!”. Y que les lean algo… les cuenten… Pero, si no sucede, es muy difícil que un chico disfrute de leer.
—¿Por qué un libro o un autor se convierten en “clásicos”?
—Porque le gusta a una generación, y después a otra, a otra y a otra. Si pasan varias generaciones —muuuuuchos años— y se sigue leyendo, es un clásico.
—¿Qué es lo que tiene que pasar para que eso suceda?
—¡Ah… qué intriga tengo… no sé!
—¿Leés tus libros?
—Sí, antes de publicarlos, sí. Los leo para corregirlos, recorregirlos, ver si repetí palabras… Pero no después de publicados. Sería como rascarse el ombligo, ¿no?
Elsa Bornemann y las 5 preguntas con vueltas
1) ¿Cuál era tu juego favorito?
Jugar con las muñecas, andar en bicicleta, caminar, jugar a la escondida. Después, jugar al ludo, al ta-te-ti, a todo ese tipo de juegos.
¿Y cuál, el que menos te gustaba?
El truco, porque nunca lo aprendí.
2) ¿Qué es lo que más te gustaba del colegio?
Encontrarme con mis compañeras.
¿Y lo que menos te gustaba?
Los exámenes de matemáticas. Pero, ojo, ¿eh? Siempre salía bien. Sin embargo, era un esfuerzo… porque no me gustaba para nada…
3) ¿Qué te asustaba?
Por supuesto, perder a los seres queridos. Otra cosa, la verdad no me acuerdo.
¿Frente a qué te sentías valiente?
Y… para cuidar a mis animalitos, siempre. Y también cuando mi papá tuvo que viajar a Europa por trabajo. Se fue por siete meses y se quedó por siete años por problemas económicos. Lo extrañé muchísimo, como se imaginarán. Me hacía sentir valiente ayudar a mi mamá para que se sintiera mejor.
4) ¿Por qué “macanas” te retaban?
Me retaban, como a todos los chicos… Mi mamá salía a la puerta y me decía: “¡Nenaaaa, vení a tomar la lecheeeee!” porque yo seguía y seguía jugando…
¿Por qué cosas te felicitaban?
Mi familia no era muy felicitadora. Pero siempre sentí mucho afecto de mis padres y de mi familia y de vecinos queridos, o sea que no me puedo quejar.
5) ¿Qué era lo que más te gustaba cuando ibas a la casa de tus abuelos?
Únicamente llegué a conocer a mi abuelo materno, que era español y vivía en Lomas de Zamora. Me gustaban los animalitos que tenía y que me regaló una gallinita pigmea. Era chiquitita, blanca y se llamaba Coquita. Vivió como once años. Venía, entendía palabras.. era muy graciosa, una cosa increíble.
¿Y lo que menos te gustaba?
La esposa con la que se había casado mi abuelo, porque era antipática y tenía celos, ¡seguro!, de nosotros.

FUENTE: imaginaria
NOTA: LA REVISTA IMAGINARIA ES UNA EXCELENTE PUBLICACIÓN DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

Elsa Bornemann. Página oficial


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Bienvenidos a la página oficial de la escritora Elsa Bornemann, creada por sus “hermanas mayores”, Hilda Eleonora y Margarita Blanca Bornemann...

FUENTE: elsabornemann

domingo, 29 de septiembre de 2013

“Al joven se llega respetándolo mucho” Entrevista a la escritora Liliana Bodoc de Valeria Alfaro, 2013



27.09.13
 La autora de los libros “Los días del Venado”, “El rastro de la canela”, “El espejo africano” y “La saga de los confines”; entre otros, visitó Jujuy en una actividad organizada por el Plan de Lectura y la Dirección de Nivel Secundario. Brindó charlas a estudiantes.

“Al joven se llega respetándolo mucho”
“Al joven se llega respetándolo mucho”

¿Cuál es el fin de su visita a la provincia?
Desde el Plan Nacional de Lectura se busca acercar a los estudiantes y también a los docentes a todos los que hacemos y producimos textos literarios, no para que reciban una ponencia sino para dialogar y construir, entre todos, las lecturas y así estimularlos. Es una modalidad de dialogo, los chicos al principio tiene un poco de vergüenza, pero después se sueltan, en el Colegio Nacional se largaron a preguntar todo.
¿A que se referían las dudas de los estudiantes?
Los chicos siempre relacionan mucho la literatura con la vida personal del escritor, entonces preguntaron sobre los textos que leyeron y su relación con la vida personal, y lo bien que hacen porque la escritura está siempre presente en la vida de uno. Preguntaron específicamente por libros que habrían leído.
¿Cómo notó el interés de los adolescentes hacia la lectura?
Yo creo que todos caemos siempre a pensar que “los chicos no leen”, pero quizás no leen lo que nosotros quisiéramos y hay que aceptar que los adultos tampoco leemos. Pero la verdad es que me asombré de encontrar entre los chicos muy buenos lectores. Hoy las herramientas digitales, son muy buenas herramientas porque nosotros podemos utilizarlas para implantar los contenidos necesarios para que los chicos se interesen por la lectura.
¿Cómo llegar al público joven?
Tengo libros para niños pequeños, para jóvenes y algunos para adultos. Me parece que al joven se llega respetándolo mucho, porque si hay algo que los chicos no quieren es ser maltratados por el “facilismo”. Hay libros que pretenden hablar como ellos, peinarse como ellos, parecerse para caerles bien, pero los chicos repudian eso. Los chicos agradecen que la historia literaria les muestre algo nuevo y les propongan dificultades, porque al fin y al cabo los juegos tienen reglas. El Plan Nacional de Lectura me convocó como a tantos otros escritores y visitamos diferentes provincias, pero aquí en Jujuy -puede parecer gentilezas de visitantes, pero no así- encontré a muchos chicos lectores. Sé que en Jujuy estuve presente un día de carrozas, pero igual hubo chicos que se quedaron hablando largamente conmigo sin obligación y eso dice mucho. Desde el Plan de lectura trabajamos mucho con lo federal, porque muchas veces nos lamentamos siempre de que todo pasa en Buenos Aires, pero estamos tratando de que el plan llegue a todas las provincias y rincones. Falta y hay cosas que corregir pero estamos en la tarea de “hacer justicia”, llevando la palabra literaria a todos los rincones. Seguramente falta para lograrlo, porque el país es enorme y hay escuelitas en rincones inverosímiles, y uno quisiera que el plan llegue a todos todo el tiempo. Uno sueña con que el plan se multiplique y pueda llegar pero vamos caminando.
¿Le sorprendió alguna actitud particular?
La calidad de las lecturas. Los chicos realizaron muchas preguntas acerca de la libertad, de los sentimientos y de las historias que leyeron, lo relacionan mucho con lo personal. En ese trabajo hay que destacar la compañía del Plan de Lectura de Jujuy, porque los escritores llegamos, pero aquí se hizo el trabajo previo de lectura que potencia nuestro trabajo.
¿Tiene en mente escribir nuevas obras para jóvenes?
En estos momentos no estoy escribiendo pero salió a la venta una obra mía que se llama “El perro del peregrino”, que es la historia de Jesús contada desde la perspectiva de un perro que va con él. En el país tenemos muy buenos escritores de literatura juvenil, al que le gusta el género policial puede acceder también a obras de Norma Huidobro, Sergio Aguirre; en otros géneros los chicos pueden leer a Sandra Comino y Eva Wolf.
¿Cómo cree que se debe potenciar el trabajo de los autores argentinos?
Las editoriales deberían abrir más puertas. Deberían correr más riesgos con escritores nuevos. Les cuesta mucho, yo estoy siendo editada, pero sé que hay un montón de gente trabajando y creando maravillas y muchas editoriales son mezquinas a la hora de incorporar escritores nuevos. El mejor recuerdo de mi carrera, por elegir uno, fue el día que levanté el teléfono allá Mendoza y una voz muy porteña de una editorial me dijo “leímos el material que nos dejaste, nos interesa, ¿podes venir? “, yo creo que antes de cortar ya estaba en el colectivo. Ese camino a Buenos Aires lleno de sueños e ilusiones es mi mejor recuerdo.
FUENTE: eltribuno